Actualmente es un grupo de más de 30 adultos mayores beneficiados, junto con sus familias, todos en categoría de pobreza extrema. Ellos caminan al menos 10 kilómetros al día por más de 8 horas, bajo el sol y la lluvia. A pesar de su edad deben empujar carretas de más de 200 libras, esquivando carros y muchos de ellos han sufrido de accidentes que les han costado casi la vida o dejado secuelas.
Todos iniciaron a trabajar a los 10-12 años de edad viniendo a la capital desde el interior. Ninguno de ellos tuvo acceso a la educación, no saben leer ni escribir lo que les ha disminuido sus oportunidades, pero no su deseo de salir adelante con un trabajo honrado y esforzado.
Algunos de ellos son mayores de 80 años por lo que ya no pueden salir a las calles a trabajar y necesitan apoyo completo. Algunos abuelitos padecen de enfermedades terminales que les hacen depender de sus medicamentos de alto costo para sobrevivir.
El proyecto inicia en 2020 al brindarles ayuda digna y cuidados integrales para una mejor calidad de vida. Todo apoyo es bienvenido y agradecido para seguir aportando a crearles mejores condiciones de vida a cada abuelito que tanto lo merece
La mayoría de ellos están abandonados por sus familiares y deben trabajar para sobrevivir. Sus tratamientos médicos son de hasta Q2,000 mensuales y sus ganancias con la venta de helado son muchas veces de menos de Q20 al día.
